jueves, 17 de enero de 2013

LA HERENCIA DE 2012

Pedro Serrano García

I

                Honduras es un pequeño y bello país centroamericano, con una población de unos 8 millones y medio de habitantes. Forzada a ser parte integrante del "patio trasero" de Estados Unidos, es decir, una colonia sometida a los dictados de Washington. Su sistema político-económico se enmarca en el capitalismo dependiente bajo la ideología neoliberal por la que el poder político queda sometido al poder económico, los poderes del Estado al servicio de los poderes oligárquicos nacionales y extranjeros. Su democracia es de muy baja calidad.

                Sus gentes son sencillas, alegres, dinámicas, pacíficas, acogedoras, generosas, hospitalarias, religiosas, trabajadoras e inteligentes. Pero a Honduras la han convertido en un gran "campo de empobrecimiento" donde la clase trabajadora se encuentra sometida y oprimida a fuerzas maléficas, como son: el crimen organizado, el poder militar, el abuso policial, la corrupción de las élites, la explotación oligárquica, el bipartidismo inoperante, la impunidad de los poderosos. Honduras actualmente pasa por una situación de caos nacional, donde sus dirigentes son incapaces de controlar y superar.

                Como Estado fallido, desde el golpe de Estado del año 2009, los grandes problemas de la nación se han venido agudizando en estos años, Aquí solo observo los económicos y los sociales. En próximo artículo analizaremos otras cuestiones.

Debilidad económica

                La Economía hondureña del 2012, se ha caracterizado por un déficit fiscal que unido a la corrupción, ha provocado el impago de salarios a muchos sectores que dependen del Estado, así como la carencia de medios económicos para atender la financiación de servicios ineludibles en una sociedad democrática y organizada; entre otros destacan, salud, educación, infraestructuras, seguridad. Precisamente se encuentran unas seis empresas públicas en quiebra y otras funcionan deficitariamente.

                La progresiva privatización de las empresas públicas, no ha mejorado la calidad de los servicios que prestan en luz, agua, vivienda, hidrocarburos…; sino al contrario, suben los precios de los productos y servicios, mientras baja la calidad de los mismos. Las leyes mineras privilegian a las multinacionales que operan en el país sin que apenas dejen beneficios al Estado. Además, están contaminando al medio ambiente con la explotación a cielo abierto. A ello se une el abuso de terratenientes que impunemente acumulan tierras y con sus monocultivos, están perjudicando el desarrollo del agro además de empobrecer a la población campesina.

                Si el presupuesto del Estado se pretende que en el 2013 alcancen de 130 a 165.000 millones de lempiras, nos encontramos que tan solo la deuda externa alcanza ya los 70.000 millones de lempiras. Hay que endeudarnos más para pagar el servicio de la deuda y los salarios de los funcionarios del Estado (y no todos), sin que queden recursos para la inversión pública. El panorama es desolador.

                El problema económico de Honduras no tendrá solución mientras no haya una refundación del Estado; pues el 70% de los impuestos los pagan los pobres, mientras existen 68 Decretos de exoneración de impuestos a multinacionales, terratenientes, maquilas, grandes empresas. A lo que hay que añadir la práctica corrupta de la evasión fiscal y de capitales de los enriquecidos. Además está el extravío de dinero público que va a parar a los bolsillos de políticos inconscientes.

                El mal se agrava con las recomendaciones de ajuste estructural del FMI sin que se digne prestar a bajo interés, lo que obliga al Estado a ponerse en manos de la usura de los bancos nacionales y extranjeros.

Protesta social

                Es escandaloso observar que mientras una minoría de oligarcas se enriquecen nos encontramos que el Estado no tiene dinero para pagar salarios a maestros, médicos, enfermeras, limpiadoras, funcionarios y hasta miembros del Tribunal Supremo Electoral. La sanidad y la educación van deteriorándose. La empresa privada exige cada vez más horas de trabajo mientras reduce el cumplimiento de los derechos laborales y los salarios correspondientes.

En el agro, aumenta la pobreza entre  las familias campesinas, teniendo que emigrar a los cinturones de miseria que van creciendo en las ciudades más importantes. Los emigrantes son  maldecidos por los opulentos de la sociedad capitalista, pues son maltratados en Honduras, en su paso por México y en Estados Unidos, sin que nuestras autoridades políticas y jurídicas hagan nada; a pesar de que el PIB crece con las remesas de los emigrantes. En el 2012 más de 50.000 emigrantes fueron expulsados de Estados Unidos, México y Guatemala.

                El desempleo aumenta mientras el gasto social disminuye. Ya tenemos  el 75% de la población en la pobreza y 3 millones en extrema pobreza. El empobrecimiento ha crecido un 4% en los últimos 5 años, agudizado por la crisis mundial y el golpe de Estado.

                Por ello, en 2012 se agravó la lucha de clases. Ha sido año de movilizaciones, huelgas, ocupaciones de tierras, bloqueos de vías públicas. Aumentaron los trabajadores, campesinos,  funcionarios y estudiantes que se revuelven contra la explotación.